Siempre pensé que para cultivar fruta y verdura hacia falta un cierto presupuesto, para comprar mas semillas, la tierra, las plantas… Hasta que descubrí el poder de la naturaleza y el poder del conocimiento.

Descubrí que muchas semillas se obtienen desde la propia verdura que consumimos. Lo más fácil es empezar recogiendo las semillas de pimiento, tomate, limón, etc.

Después descubrí que muchas verduras se regeneran. Es decir que cuando cortas una lechuga, y guardas el tronco, si lo pones en agua, sale otra lechuga después de unos días. ¡Qué maravilla! Esto funciona también con la col, las acelgas, la cebolla, el hinojo etc. Se pueden cortar las hojas y consumirlas de nuevo cuando se regeneran. O se pueden esperar a que salgan pequeñas raices y que la planta mida unos 5cm para plantarla en una maceta o en el huerto, si lo tenemos.

También existe el intercambio de semillas entre personas, lo que permite cultivar plantas que crecen bien en la region, y recuperar variedades olvidadas. Esto permite evitar las semillas hibridas de Monsanto. Hay que evitar este tipo de semillas porque no se pueden volver a cultivar de un año a otro, en general las semillas del fruto son estériles, y hay que comprar nuevas semillas el año siguiente. También necesitan pesticidas, así es como funciona el negocio de esta empresa, que ahora se llama Bayer (después de que este gigante alemán la compró).

Como podéis ver es mucho más fácil de lo que parece empezar a cultivar verduras. ¿Qué esperáis para empezar vuestra pequeña revolución?